La oración, comunión del hijo de Dios con su Padre, incluye la adoración, la acción de gracias, la confesión, la petición (Neh. 1:4-11; Dn. 9:3-19; Fil. 4:6). Así es como el pueblo de Dios ha orado a través de las eras. La oración es, así, el derramamiento del corazón ante el Creador. Él responde mediante bendiciones (1 R. 9:3; Ez. 36:37; Mt. 7:7). Jehová escucha toda oración sincera; tiene compasión por todas Sus criaturas (Sal. 65:3; 147:9). Santiago, citando un ejemplo histórico, afirma: «La oración eficaz del justo puede mucho» (Stg. 5:16). Y Cristo declara a Sus discípulos: «Todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, lo haré» (Jn. 14:13). Convencido de que sólo Dios sabe cuáles podrán ser las consecuencias últimas, buenas o malas, de una respuesta a la oración, el creyente acepta ya de entrada la respuesta afirmativa o negativa del Señor. El apóstol Juan, dirigiéndose a los cristianos, formula así la doctrina de la oración: «Esta es la confianza que tenemos en él, que si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, él nos oye» (1 Jn. 5:14). La respuesta será la que nosotros mismos desearíamos si pudiéramos tener el conocimiento que nos falta. El que ora con una actitud recta se confía enteramente a la sabiduría de su Señor.
Extraído del diccionario Bíblico en http://www.ministros.org/
Hermanos, todos aquellos que amáis España y a su gente, yo os animo a uniros a este proyecto de oración que seguro va a provocar que las alarmas del infierno se enciendan. Por años los cristianos en España hemos descuidado la oración pero ahora es el momento histórico de unirse y ganar almas para Cristo. Es nuestro deseo pero es mas nuestro deber (Id i haced discípulos a las naciones).Extraído del diccionario Bíblico en http://www.ministros.org/
Recordad que si dos o tres se ponen de acuerdo… España para Cristo!!!
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