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QUE NO SE APAGUE LA LLAMA

QUE NO SE APAGUE LA LLAMA
DE LA ORACION

miércoles, 25 de febrero de 2009

Orando, predicando,amando a la juventud.

Dios puso desde muy temprano una carga muy especial hacia la juventud, y puedo asegurarte que este clamor hacia ellos lejos de menguar ha crecido en fuerza. 

Que poco se comprende, que poco se lucha, y se ama a la juventud, y puedo asegurarte que ellos no son el futuro ellos son el presente en la iglesia de Dios.  Hacia ellos tiene que haber un trato especial, han de ser considerados,  han de sentirse parte de la obra, no como espectadores, sino como actores. La juventud es agradecida, son fieles, y cuando se les instruyen adecuadamente pueden ser poderosas antorchas que alumbraran con fuerza en medio de este mundo oscuro. 

Dios quiere que seamos sabios, que tengamos una vision clara de lo que ellos necesitan, cuales son sus inquietudes, sus problemas, sus luchas, hay que traer respuestas serias y escucharlos, sobre todo escucharlos. El verdadero amor de Dios fluye desde unos brazos abiertos, desde unas manos que consuelan, desde unos ojos que se quebrantan.

Me gusta llorar con el que llora, me rio con el que se rie, y aprendo cada dia a ser mas como ellos, para ganarlos para Cristo. Que terrible cuando estan en las iglesias, pero no han sentido ni experimentado el amor del Padre. Siempre me acordare de las palabras de mi pastor José Garcia, que nos decia que hacen falta hombres y mujeres en la iglesia, que sean padres y madres. Y que cierto es, y que pocos padres reales existen, que sepan perder un poco de su tiempo, para escuchar sus inquietudes. Muchas veces la rebelion que hay en ellos, es por falta de ateción, de buenas palabras con acciones que den cariño y disciplina. La humildad no se impone por la fuerza, se aprende, en el caminar cristiano en las caidas, y en nuestro amor hacia Jesús. Todo lo que se impone por espada, por espada morira. Pero cuando ensanchamos nuestro corazón, y los albergamos, aceptando que son niños que necesitan de nosotros, empezamos a ver fruto en sus vidas. Cuanto nos queda que aprender de Jesus, de su humildad, de su sumision, de su amor, de su caracter. Dios nos ayude y nos de la gracia para alcalzarlos para Cristo, porque cada jovén que se entrega a Jesus, es una familia que le dará la gloria al Señor. Dios os bendiga. Luis M. Quiros.